BOYLE, Robert
Físico y químico angloirlandés (Lismore Castle 1627-Londres 1691). Decimocuarto hijo del conde de Cork, ferviente anglicano de carácter melancólico. Sus trabajos, en los asuntos más variados, hacen de él uno de los primeros sabios de su época. En física, efectúo, en 1661, las determinaciones precisas para hallar las densidades de los sólidos y de los líquidos. Dedicándose al año siguiente a los gases, publicó los resultados de las medidas efectuadas del aire y anunció antes que Mariotte, la ley de compresibilidad de los gases. Mejoró, con ayuda de Hooke, así como el termómetro de Galileo, que cerró herméticamente; decidió adoptar como punto fijo la temperatura de fusión del hielo. Fabricó un baroscopio, dio la explicación de la paradoja hidrostática. Descubrió en óptica los anillos coloreados producidos por las láminas delgadas. Demostró que las acciones electrostáticas se producen a través del vacío y entrevió los fenómenos de influencia eléctrica. En química, impugno la teoría de los elementos de Aristóteles, demostrando hasta que punto ésta es arbitraria. En su obra El químico escéptico (1661), repudió esta antigua doctrina, e hizo aparecer la concepción moderna del elemento químico. Fue el primero en utilizar sistemáticamente los reactivos coloreados (jarabe de violetas) para la investigación de los ácidos, de los cuales dio la definición; estudió las soluciones salinas, empleó el nitrato de plata para reconocer los cloruros, y el amoníaco para caracterizar el ácido clorhídrico. Supo recoger el gas desprendido de una reacción química, aisló el hidrogeno, descubrió la fosfamina, el sulfato mercúrico, la acetona y el alcohol metálico. Demostró que el aire es necesario para la combustión y para la respiración, pero observando que estos fenómenos solo lo consumían parcialmente, concluyó que el aire es una mezcla. Desde 1645, y durante toda su vida, reunió en su casa hombres apasionados por la ciencia, y fueron, bajo el patrocinio de Carlos II, el núcleo de la sociedad real. Fue director de la Compañía de las Indias orientales, y se interesó igualmente por la acción misionera. Para facilitarla, hizo traducir la Biblia a varias lenguas. En 1680 hizo montar en Irlanda una imprenta, de la cual salió una Biblia escrita en gaélico, obra única en su género.