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AMPÈRE, André Marie

Físico y matemático francés (1775-1836). Hijo de un comerciante retirado -juez de paz de Lyon durante la Revolución francesa y guillotinado en 1793-, se educo a la manera del " Emilio" de Rousseau, con su propio esfuerzo, leyendo con avidez todo cuanto encontró sobre literatura, filosofía, ciencias naturales y matemáticas. En su juventud mostró disposiciones excepcionales para las matemáticas, escribiendo a los trece años sobre las secciones cónicas. Entusiasta y apasionado, se dedicó con el mismo ardor a la botánica, a la poesía y a la música. En 1802 publicó sus Consideraciones sobre la teoría matemática del juego, ingeniosa aplicación del cálculo de probabilidades, que le valió una cátedra en el colegio de Lyon, y, más tarde, en 1805, una plaza de profesor de análisis matemático en la escuela politécnica. En 1808 fue nombrado inspector general de la universidad y en 1809 obtuvo una cátedra de mecánica. En 1814 la Academia de ciencias le eligió como miembro numerario en la sección de matemáticas. Se intereso también por los grandes problemas de la química y, en una carta dirigida a Berthollet, fechada en 1814, desarrolla la hipótesis según la cual todos los gases a igual de presión, volumen y temperatura, tienen el mismo número de moléculas (hipótesis que había sido formulada un año antes por Avogadro sin que él lo supiera). Sin embargo, es en física donde hizo sus principales descubrimientos. Tras asistir en 1820 a la repetición de la experiencia de Oersted (desviación de una aguja imantada por una corriente eléctrica) edificó en pocos días la teoría del origen electrodinámico de las acciones magnéticas. Estudió a continuación las relaciones entre la corriente eléctrica y el magnetismo, definiendo la dirección de la desviación magnética relacionada con un observador orientado en el sentido de la corriente. En 1821 emitió la hipótesis de que las moléculas de los cuerpos son objeto de "corrientes particulares" que la imantación puede dirigir. Puede considerarse también como precursor de la teoría electrónica de la materia. Todos estos descubrimientos los expuso en su célebre memoria de 1826: Sobre la teoría matemática de los fenómenos electrodinámicos deducidos únicamente de la experiencia. Creó un vocabulario de electricidad introduciendo las palabras "corriente" y "tensión". Inventó el galvanómetro, el primer telégrafo eléctrico y, junto con Arago, el electroimán. Hacia el final de su vida emprendió un trabajo gigantesco, una clasificación de todos los conocimientos humanos, bajo el titulo de: Ensayo sobre la filosofía de la ciencias, obra que dejo inacabada. Murió, casi en el olvido, en el transcurso de una inspección universitaria.